Alguien dijo en alguna ocasión que el carácter de las personas se mide por la resitencia ante las tentaciones.
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27 de mayo de 2010
25 de mayo de 2010
22 de mayo de 2010
21 de mayo de 2010
Sólo tú sabes lo que me querrás
Aveces para intentar conseguir unas cosas tienes que perder otras, ¿Por qué?
Vale que me considere de límites extremos, pero por qué
cuando se zanja una cosa, como es el caso de una relación ¿parece como
si no haya exisitido? como si todo lo vivido
esté grabado en cintas de películas...
Me parece tan injusto perderte, y todo por haber tenido
algo más que amistad contigo.
Sólo yo sé lo que te quise.
Sólo tú sabes lo que me querrás.
20 de mayo de 2010
19 de mayo de 2010
Me duele la cabeza
Como me ha encantado observarte esta tarde , en el mismo escenario, las mismas viviendas algo deslucidas eso si, la heladeria de siempre, el mismo chico de las hamacas que cuando puede te saluda. pero eso si parece que los años no pasen ni por el escenario ni por los edificios ni por ese chico.
Pero por nosotras en cambio, si...
18 de mayo de 2010
17 de mayo de 2010
HABITACION 106
Cuando los lugares se convierten en sucios por la gente que los visita no por la gente que los habita, asi que lo mejor será limpiarse los zapatos nada más entrar, mirarse al espejo uno mismo, no mirar al ajeno de arriba a abajo y dejar de hacerse preguntas sin sentido alguno.
-¡¡La habitación 106!!- dijo la puta mascando chicle, buscando a su italiano desesperado, obviamente él la esperaba en la cama sediento de placer que no le daba su novia italiana. Eso si... su novia no sabe nada...
No controles mi forma de VIVIR porque es total!!!!!!
Si no fuera por mis errores no habria sabido como controlar
mi vida, como organizarla, como saber lo que está bien
y donde está el límite del mal. Asi qué estoy orgullosa de ello, de haberme
equivocado tantas veces, y de haber enmendado todas esas
situaciones, de haber sufrido, y de hacerle
frente a mi descontrol e impulsividad eso si
VIVIENDO CADA MINUTO!!!!
16 de mayo de 2010
Cobarde
Durmiendo con el maquillaje de la noche anterior... sólo se me ocurre llorar, y tú no haces nada.
Te quedas ahí plantado mirándome o me das la espalda en la cama, típico...
Cuando quiero sentirte, abrazarte, olerte, ver tus ojos, y ruborizarme pegar mi cuerpo desnudo al tuyo, sentir tu aliento y que me preguntes ¿qué me pasa? Y así dejaré de llorar.
15 de mayo de 2010
Bésame
Bésame, cállate y bésame. No quiero que mis labios se despeguen de los tuyos ni un segundo, quiero que mis ideas no te asusten y que cuando nos miremos tengas más sed de mi. Que te encante olerme y que siga siendo tu vicio, porque seguiré desprendiéndolo para que no te alejes de mi...
13 de mayo de 2010
Panolis!
He extraído este magnífico texto escrito por Jose A. Pérez, cuyo blog se titula Mi mesa Cojea
http://www.mimesacojea.com.
Después de leerlo podeis reflexionar, analizaros e incluso daros todos los golpes de cabeza que querais.
Dios en la muñeca
Un día, siendo yo guionista de El Hormiguero, Pablo Motos entró en la redacción con la pulserita mágica del equilibrio. Desde entonces no he dejado de encontrarme con la estafa en cuestión. La he visto en muñecas de deportistas y de trabajadores de la televisión. Se la he visto a camareros, a cómicos, a periodistas y a amas de casa, pero la culminación del esperpento llegó cuando la descubrí en la muñeca del lehendakari bloguero Patxi López.
Todo esto me ha llevado a preguntarme: ¿hace falta tener conocimientos científicos para ver la estafa que representa semejante producto? ¿Es necesario haber acudido a la universidad, hace falta escuchar las conferencias del TED o leer a Stephen Jay Gould para saber que se trata de un engañabobos revestido de lenguaje pseudocientífico? Y la respuesta es un no tan obvio que duele. Lo único necesario es un mínimo sentido común.
Durante las últimas semanas he preguntado a los portapulseritas de mi entorno el motivo para lucir semejante timo. La respuesta ha coincidido en la mayoría de los casos: "bueno, nunca se sabe, a lo mejor funciona". Y cada vez que oigo eso me imagino a un enfermo terminal que acepta, desesperado, el último tratamiento experimental. ¿Qué tengo que perder? Después de todo, ya estoy muerto. Se trata, por tanto, de un acto de fe; la misma sensación imprecisa que a otros les lleva a aceptar la vida como un valle de lágrimas diseñado por no se sabe qué poder supremo.
Las pulseritas mágicas son un detector de encefalogramas planos terminales, la demostración de que, en el siglo XXI, cualquier cosa envuelta en plástico puede adquirir el estatus de Nuevo Jesucristo. Esos trozos de goma son la última moda en iconografía idiotizante para la masa sin capacidad crítica. Esas pulseras, igual que los crucifijos, deberían ser prohibidas en los colegios. Y por cierto, lehendakari, también en los parlamentos.
http://www.mimesacojea.com.
Después de leerlo podeis reflexionar, analizaros e incluso daros todos los golpes de cabeza que querais.
Dios en la muñeca
Un día, siendo yo guionista de El Hormiguero, Pablo Motos entró en la redacción con la pulserita mágica del equilibrio. Desde entonces no he dejado de encontrarme con la estafa en cuestión. La he visto en muñecas de deportistas y de trabajadores de la televisión. Se la he visto a camareros, a cómicos, a periodistas y a amas de casa, pero la culminación del esperpento llegó cuando la descubrí en la muñeca del lehendakari bloguero Patxi López.
Todo esto me ha llevado a preguntarme: ¿hace falta tener conocimientos científicos para ver la estafa que representa semejante producto? ¿Es necesario haber acudido a la universidad, hace falta escuchar las conferencias del TED o leer a Stephen Jay Gould para saber que se trata de un engañabobos revestido de lenguaje pseudocientífico? Y la respuesta es un no tan obvio que duele. Lo único necesario es un mínimo sentido común.
Durante las últimas semanas he preguntado a los portapulseritas de mi entorno el motivo para lucir semejante timo. La respuesta ha coincidido en la mayoría de los casos: "bueno, nunca se sabe, a lo mejor funciona". Y cada vez que oigo eso me imagino a un enfermo terminal que acepta, desesperado, el último tratamiento experimental. ¿Qué tengo que perder? Después de todo, ya estoy muerto. Se trata, por tanto, de un acto de fe; la misma sensación imprecisa que a otros les lleva a aceptar la vida como un valle de lágrimas diseñado por no se sabe qué poder supremo.
Las pulseritas mágicas son un detector de encefalogramas planos terminales, la demostración de que, en el siglo XXI, cualquier cosa envuelta en plástico puede adquirir el estatus de Nuevo Jesucristo. Esos trozos de goma son la última moda en iconografía idiotizante para la masa sin capacidad crítica. Esas pulseras, igual que los crucifijos, deberían ser prohibidas en los colegios. Y por cierto, lehendakari, también en los parlamentos.
12 de mayo de 2010
10 de mayo de 2010
Todo lo bueno llega
Desear algo.
Luego creer que se puede.
Luego poner algún que otro medio.
Mover un pie.
Otro.
Ver de cerca los síes.
Eso gusta, cuando los síes comienzan a aparecer.
Me encantaba tropezar con ellos.
La alegría que tenía no era la alegría de llegar a algún lado, sino la alegría de creer que estaba llegando.
Eso sí que era bonito...
La canción del findeee jajajaj!!!
8 de mayo de 2010
El amor del bueno
¿Tendrá un chorrito de amor del bueno? del que nunca llega, y un chorrito de amor del de verdad, el que consiste en encontrar a alguien que soporte lo que soy cuando me pierdo...
7 de mayo de 2010
5 de mayo de 2010
4 de mayo de 2010
el dolor como medio de terapia
...cuanto tiempo sin pensar en la pirámide, nosé ni cómo estará la circulación por allí abajo, yo sólo sé como está mi espacio mi territorio, el que tanto me está costando cosechar. Mi cabeza sólo tiene una inclinación: hacia arriba, porque quiere volver a estar otra vez allí, en la cumbre... de la felicidad.
Quiero volver a ser la de antes, ¿alguien me dice como era? ¿Alguien me tiende una mano?
Quiero valorar las cosas a largo plazo, no a corto plazo, porque el éxito es efimero, aunque no lo hayas disfrutado nunca, y de repente lo tengas en tus manos, es una cortina de humo y detrás de ella estás tú, sola y desprotegida. Y a partir de ahí es cuando la impulsividad empieza un juego en el que tú eres la primera invitada.
Decir no, o escuchar un no puede traer consecuencias no deseadas, ahí es donde entra en juego el dolor como medio de terapia.
3 de mayo de 2010
Lluvia de Mayo
Me parece que el amor debería hacer lo que hacen los atunes, nadar en el agua. El amor se muere un rato después de ser pescado. A los atunes los cogen y empiezan a moverse como locos. Así éramos nosotros, pero ya estábamos muriendo. (...) Un atún parece que está más vivo que nunca cuando está a punto de morir.
¿Y así hará el amor también? Renqueante, intentando salvarse cuando ya no hay salvación posible, intentando coger aire cuando no hay de donde cogerlo, intentando, intentando... para nada, ya la muerte está ahí, ya lo coge, ya se lo lleva...
Por una vez voy a pensar que alguien está intentando sobrevivir al peso de sus propias elecciones. Que no hemos acertado. ¿Somos raros por equivocarnos? ¿Cuántas veces puede una persona equivocarse? No sé si hay un número de errores establecidos para saber si alguien ha fracasado.
...pero no debería haberlo, no? Debería haber, cuando se gastan todas las segundas oportunidades, una tanda de terceras y otra de cuartas... que el Fracaso con mayúscula, así, irreversible, es demasiado grande como para asumirlo, como para dejar que sea nuestro compañero de viaje.
Si tuviéramos dos vidas, entonces sí podríamos gastar una en pedir perdones.
...pero no debería haberlo, no? Debería haber, cuando se gastan todas las segundas oportunidades, una tanda de terceras y otra de cuartas... que el Fracaso con mayúscula, así, irreversible, es demasiado grande como para asumirlo, como para dejar que sea nuestro compañero de viaje.
Si tuviéramos dos vidas, entonces sí podríamos gastar una en pedir perdones.
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