Odio tener que decidir,que me pongan entre la espada y la pared, o como diría mucha gente
no tener poder de decisión en multitud de ocasiones.
Y todo por el miedo de no saber si hago lo correcto o no, de que llegue el dia y diga, si es que debería haber hecho esto, o debería... y odio las lamentaciones porque en realidad no sirven para nada, solo están para hacernos recordar la poca inteligencia que tenemos.
Aveces nosé si hago bien o no tomando ciertas decisiones, hay algunas que duelen,
pero lo importante siempre es ser sincero con uno mismo y con los demás, y a partir de ahí poco a poco se va haciendo lo correcto.