24 de marzo de 2011

Gritando en Silencio

Qué  difícil es...




No  disgustarse cuando no obtienes lo que pretendes,  no resultar agresivo cuando lo eren contigo,  no perder la razón cuando coqueteas con ella, o cuando ella lo hace contigo. Dar la espalda a la tentación cuando te resulta tan atractiva. Aceptar un NO cuando piensas que debe ser un SI, sonreír cuando no tienes motivos que te lleven a hacerlo. Perder la persona que amas, y no poder hacer nada por evitarlo. Porque realmente no la amas como deberías.

Asumir que la vida sigue sin esa persona que te levantaba cuando te caias. Entender que somos diferentes que cada persona es un mundo.
No sentirse sólo cuando realmente lo estás, admitir que nos equivocamos, cuando  es más fácil resaltar las faltas de los demás.
Escuchar un te quiero sincero, sin maquillaje alguno, sin intención de obtener su propina correspondiente. Decirlo por culpa del orgullo, cuando realmente deseas hacerlo.

Qué difícil es que no te etiqueten, que no te señalen, que no te observen. Y qué difícil es no pensar en ello.
Qué difícil es entender que han dejado de quererte, pero qué fácil olvidamos lo que es querer cuando herimos a la persona que amamos.
Qué difícil es sentirse  comprendido. Sentir que te escuchan, cuando estás gritando en silencio.
Sólo sabes soltar voces y decir que no hay quién me entienda. ¿Es que acaso lo has intentado?
Qué difícil es encontrar esos motivos que te ayudan a disfrutar de la vida, cuando tienes más motivos para no hacerlo.
Qué difícil es convencerse de algo cuando has estado tanto tiempo creyendo lo contrario.

Pero pienso que toda  dificultad tiene su facilidad, porque si le damos la vuelta a todas las frases que he puesto podemos verlo mucho más fácil.
Precisamente de eso se trata, de darle la vuelta a los problemas, pero no sólo el que tiene el problema sino su entorno.












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