Sólo
quiero que llegue un día, despertarme y que no haya pasado nada . Darme
la vuelta en la cama y verle, que me despierte ese olor a café, que
sólo él se acordaba de hacerme sí, dejaba el café recién hecho antes de
irse a trabajar y no se iba sin despedirse.
Quiero
la familia que siempre tuve o que quizás pensé que siempre tenía. Es
tan difícil despertarse en otra casa, pasar mi mano por la zona de la
cama que siempre ocupaste y que ya no ocupas, no tener a esa persona con
la que has convivido más de media vida.
Las
mañanas las llevo mal, dirigo mi mirada hacia la ventana y me quedo
enredada por mis pensamientos, ya no es mi corazón porque no lo noto,
es mi cabeza la que me hace perder la razón la que siempre hace la misma
pregunta. ¿Por qué a mi?
Notar
que el tiempo, el silencio, la soledad nos pesa, que de repente es de
noche y está todo negro pero yo sigo mirando la ventana, notar como
sube el ascensor, percatarme del sonido de la puerta y ver que no es él.
No verle, y lo peor no darme cuenta que nunca atravesará esa puerta.
Preguntar que hice mal, que no le dí, si lo único que hacía día y noche era quererle.
Miedo a estar sola, a quedarme sin él a no verle nunca más a que no me quiera como antes.
Dormir
para no sufrir, para no pensar, para no recapacitar, mejor dicho para
no darse cuenta de la realidad. Mientras sigues mirando por esa ventana,
las horas, los días e incluso los meses pasan sin que te hayas dado
cuenta.
¡Despiértate!
pero asume una cosa, que si ha pasado algo, afronta ese miedo, no hagas
que tu mente te enrede en los recuerdos. Los recuerdos tanto malos como
buenos estan ahí y nunca se irán, pero el presente es lo que importa es
lo que vives, y a día de hoy no te has dado cuenta de que hay un antes y
un después, como cuando una persona afronta su pubertad, no hay que
vivir de los recuerdos de disney toda la vida. Valora todo lo bueno o
malo que te puede deparar esta nueva etapa.
Dedicado a la persona que más quiero.
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