16 de noviembre de 2010

Quién no condena el mal lo está alimentando

Unas veces se gana y otras veces se pierde, y lo importante es reconocerlo, esa reacción es importatísima.
Si seguimos sumergidos en esa nube de derrotismo o de egocentrismo, no nos va a saber de la misma manera ese café que tomamos mañana tras mañana en la cafetería del trabajo o de la universidad. No podemos ser tan inconscientes de no condenar hechos que falten a la moral del ser humano, porque lo único que se consigue es alimentar dichos hechos.
Saca de tu vida lo que te hace daño, y acoge lo que te hace bien!
DESPIERTA

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ese café de por las mañanas en la universidad es mi pekeño capricho del día...